El A380 de Airbus SE, el avión de pasajeros más grande del mundo, ha experimentado un inesperado resurgimiento tras la recuperación del turismo global post-pandémica. Sin embargo, mantener este superjumbo en el aire se está convirtiendo en una carga cada vez más costosa para las aerolíneas.

Problemas de mantenimiento en un gigante

Con dos décadas desde su primer vuelo, los boletines regulatorios que exigen reparaciones, inspecciones o piezas de repuesto para el A380 se están acumulando. Algunos son procedimientos estándar, como la revisión de equipos, mientras que otros son más serios. Desde enero de 2020, la Agencia Europea de Seguridad Aérea ha emitido 95 directivas de aeronavegabilidad para el A380, abordando problemas como deslizadores de escape con fugas y sellos agrietados.

Un desafío para las aerolíneas

A medida que los jets más nuevos y eficientes en combustible son escasos, las aerolíneas que dependen del A380 no tienen otra opción que seguir operándolo. En su juventud, el A380 fue un símbolo de colaboración internacional, con 4 millones de piezas producidas por 1,500 empresas. Ahora, su complejidad está poniendo a prueba las cadenas de suministro de la aviación en la era post-COVID.

Retos operativos y retrasos

• El A380 puede transportar hasta 485 pasajeros, lo que significa que cualquier falla mecánica puede resultar costosa y generar complicaciones en la programación de vuelos.
• Un A380 de Qantas, en la ruta Sydney-Londres, se averió en Singapur el 7 de mayo debido a problemas con la bomba de combustible, causando un retraso de más de 24 horas.
• Un caso similar ocurrió en julio, cuando un vuelo de Qantas desde Singapur hacia Sydney fue demorado por días por dificultades técnicas.

British Airways también ha enfrentado problemas; un A380 estuvo más de 100 días en Manila y voló solo siete de los siguientes 30 días tras regresar a Londres. A pesar de estos inconvenientes, la aerolínea planea realizar mejoras en el interior de sus A380, confirmando su intención de seguir operando este modelo.

Costos de mantenimiento en aumento

Las A380 están ocupando espacio y recursos en talleres de todo el mundo, intensificando la escasez de instalaciones de reparación para la flota comercial. Según Lufthansa Technik, una revisión integral del A380 puede consumir hasta 60,000 horas de trabajo. Aerolíneas como Qantas y British Airways están enviando sus aviones a lugares como Alemania o Manila para reparaciones.

Impacto del almacenamiento prolongado

Muchos problemas recientes del A380 provienen de largos períodos de inactividad durante la pandemia, cuando estos aviones fueron estacionados en diversas localizaciones. Una directiva emitida por la EASA en mayo exigió el reemplazo de los deslizadores de escape inflamables, ya que las costuras pegadas se habían agrietado debido a la exposición a la humedad y al calor.

El futuro incierto del A380

La producción del A380 se detuvo antes de la pandemia debido a ventas decepcionantes. Sin embargo, con la recuperación del turismo, aerolíneas como Singapore Airlines y Lufthansa han vuelto a utilizar este avión, destacando su capacidad de transporte.

Emirates, el mayor operador de A380, ha expresado su deseo de mantener estos aviones en activo hasta finales de la próxima década, reconociendo su valor único para atraer pasajeros.

Un avión polarizador

A pesar de los problemas mecánicos, el A380 sigue siendo apreciado por pasajeros gracias a sus espaciosos interiores. Sin embargo, las aerolíneas se enfrentan a desafíos logísticos que complican su operación. Las restricciones en la cadena de suministro han incrementado los costos de piezas y mantenimiento, lo que se vuelve más notable debido al tamaño y la complejidad del A380.

Conforme las aerolíneas navegan por este panorama complejo, el A380 se mantiene como un símbolo de la era de los viajes aéreos, aunque su futuro depende de cómo se gestionen los costos y la confiabilidad en los años venideros.