Las recientes decisiones comerciales del presidente Donald Trump han generado una cierta claridad sobre los aranceles para los exportadores asiáticos. Sin embargo, persisten interrogantes cruciales sobre cómo evitar tasas punitivas dirigidas a las cadenas de suministro chinas. Trump anunció aranceles del 20% para Vietnam y del 19% para Indonesia y Filipinas, lo que sugiere que estos serán los niveles a los que Estados Unidos probablemente se ajustará para la mayor parte del sudeste asiático, una región que envía anualmente bienes por un valor de 352 mil millones de dólares a EE. UU.
Implicaciones de los Nuevos Aranceles
El presidente también ha amenazado con aumentar los aranceles hasta un 40% para productos que se consideren transbordados a través de estos países, buscando frenar la entrada de productos chinos que evaden tarifas más elevadas.
Aún queda por aclarar cómo se calcularán y aplicarán los requisitos de contenido local, esenciales para definir qué bienes se consideran transbordados. Las naciones del sudeste asiático dependen en gran medida de componentes y materias primas chinas, y las empresas estadounidenses que obtienen suministros de esta región podrían enfrentar costos adicionales.
La Duda de los Fabricantes
Deborah Elms, directora de políticas comerciales de la Fundación Hinrich en Singapur, ha señalado que muchas preguntas siguen sin respuesta. “¿Se refiere a todas las materias primas? ¿Qué pasa con las piezas, la mano de obra o los servicios?” Esta ambigüedad ha dejado a las empresas, inversores y economistas en una posición incierta.
En un acuerdo reciente con Indonesia, se mencionó la necesidad de negociar las « reglas de origen » para evitar que un tercer país se beneficie. Asimismo, el pacto con Vietnam estipula un arancel del 40% para los bienes transbordados. Por otro lado, funcionarios tailandeses, que aún no han asegurado un acuerdo, han indicado que necesitarán aumentar el contenido local en sus exportaciones a EE. UU.
Falta de Claridad
La administración Trump no proporciona mucha claridad sobre este tema. Los funcionarios estadounidenses aún están trabajando en los detalles con sus socios comerciales, centrándose en los requisitos de contenido local basados en el valor. Se espera que detalles sobre el enfoque hacia el transbordo sean revelados antes del 1 de agosto, fecha límite para la aplicación de los nuevos aranceles.
Algunas fábricas ya están ajustando sus cadenas de suministro para cumplir con las normativas, que exigirán más componentes fabricados localmente. Frank Deng, un ejecutivo de una empresa de muebles con sede en Shanghái y operaciones en Vietnam, comentó que su firma está realizando modificaciones debido a la aplicación más estricta de las reglas de origen. Vietnam ya tiene requisitos específicos de contenido local, limitando a un máximo del 30% el volumen de materias primas que proviene de China.
Impacto en la Región
Reducir la cantidad de componentes fabricados en China en el sudeste asiático exigirá una reestructuración completa de las cadenas de suministro. Según estimaciones del Eurasia Group, los componentes chinos constituyen entre el 60% y el 70% de las exportaciones de la región, principalmente insumos industriales utilizados en la fabricación.
Aproximadamente el 15% de las exportaciones de la región se dirigen actualmente a EE. UU., un aumento de cuatro puntos porcentuales desde 2018.
Contenido Local y Desafíos
La vigilancia de EE. UU. sobre la capacidad de China para eludir aranceles mediante terceros ha crecido desde la primera guerra comercial de Trump en 2017. Tailandia ha expresado su frustración ante la falta de claridad sobre el contenido local necesario para evitar tarifas de transbordo, indicando que podría ser significativamente más alto que el umbral habitual del 40%. El Viceprimer Ministro Pichai Chunhavajira sugirió que podría requerirse entre un 60% y un 80% de contenido local.
Los países en desarrollo enfrentan retos al intentar hacer cumplir estas normativas, especialmente si deben enfrentarse a China, su mayor socio comercial. Dan Wang, director de Eurasia Group en China, advirtió que “la realidad es que no es realmente aplicable”. Las empresas chinas poseen múltiples maneras de eludir estas regulaciones, y otros países carecen de incentivos para hacer cumplir estas medidas.
La interacción entre las políticas comerciales de EE. UU. y la dependencia de la región en materia de producción de China presenta una situación compleja. Las naciones del sudeste asiático tendrán que navegar cuidadosamente para equilibrar sus relaciones comerciales mientras intentan ajustar sus prácticas industriales.



