Un fenómeno asombroso en la Antártida
En 2017, la comunidad científica se sorprendió al descubrir un enorme agujero en la banquisa antártica, de un tamaño equivalente al doble de Suiza. Este fenómeno, conocido como polinia, ha sido objeto de estudio y curiosidad durante décadas, haciéndose cada vez más relevante. Su primera detección se remonta a los años 70, gracias a la tecnología de satélites, pero fue en el invierno de 2016-2017 cuando se hizo notar con una extensión de 80,000 km². Un equipo internacional de oceanógrafos ha trabajado arduamente para desentrañar este misterio natural.
Las polinias: refugios invernales
Las polinias, esos espacios abiertos en la superficie del hielo marino, no son un fenómeno aislado en las regiones polares. Estas formaciones son cruciales para la vida silvestre, sirviendo de refugio para diversas especies de aves y mamíferos marinos. Generalmente, se forman en ubicaciones específicas debido a procesos oceánicos bien definidos. La dinámica de los corrientes marinos verticales es clave en su creación, ya que estas corrientes traen agua más cálida desde el fondo hacia la superficie, derritiendo de este modo el hielo.
Factores que influyen en la formación de polinias
Según Aditya Narayanan, oceanógrafo de la Universidad de Gotemburgo, los corrientes marinos verticales son fundamentales para la persistencia de las polinias. Esta dinámica evita que el hielo se vuelva a formar, generando así vacíos en la banquisa. Sin embargo, el caso de la polinia de Maud Rise es un ejemplo excepcional que requiere un análisis más profundo.
Investigación con focas instrumentadas
Para desvelar los secretos de la polinia de Maud Rise, los científicos han utilizado un enfoque innovador: el seguimiento de focas equipadas con balizas. Estos animales, capaces de sumergirse hasta 2,000 metros, han proporcionado datos valiosos sobre la temperatura y salinidad de las aguas circundantes. Sarah Gille, del Instituto Oceanográfico de San Diego, destaca la relevancia de esta información.
Datos reveladores sobre el entorno marino
Los estudios han mostrado que un corriente marino en forma de círculo aumentó su actividad durante el invierno de 2016-2017, lo que propició una mayor afluencia de agua salada y caliente. Localizado a unos 1,000 metros de profundidad, el monte Maud Rise ha facilitado la acumulación de agua salina en su cima, lo que permitió que la polinia se mantuviera durante más tiempo de lo anticipado. Un fenómeno adicional, conocido como transporte de Ekman, ha potenciado este proceso al desplazar la sal hacia el flanco norte del monte.
Los efectos de los vientos y corrientes marinas
El transporte de Ekman, que se relaciona con los vientos que soplan sobre la superficie del océano, ha sido crucial en el desarrollo de la polinia. Estos vientos crean un efecto de remolino que ayuda a redistribuir el agua salina, contribuyendo a la ampliación y prolongación del agujero en el hielo. Aunque la polinia se cerró más tarde en 2017, los investigadores siguen atentos a su posible regreso.
Perspectivas futuras en la investigación climática
Los especialistas advierten que el aumento en la intensidad de los corrientes y vientos invernales podría dar lugar a la aparición de más polinias en el futuro. Esto podría transformar la banquisa en un paisaje similar a un queso suizo durante el invierno. La comprensión de estos fenómenos es esencial para anticipar los cambios climáticos y su impacto en los ecosistemas polares.
La importancia de seguir investigando
La polinia de Maud Rise ilustró la necesidad de estudiar las complejas interacciones entre el océano y la atmósfera. Aunque fascinantes, las polinias plantean interrogantes sobre el cambio climático y sus efectos en la banquisa. Los datos recolectados son vitales para modelar futuros escenarios climáticos y prever posibles alteraciones en nuestro entorno.
A medida que la tecnología avanza, la integración de dispositivos en animales marinos ofrece nuevas oportunidades para profundizar en el estudio de estos fenómenos. La exploración continua es fundamental para entender cómo afectarán las polinias el delicado equilibrio de los ecosistemas polares y qué desafíos se presentarán para la biodiversidad en estas regiones. El futuro de la investigación en este campo es prometedor y nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de nuestro planeta.



