Los fabricantes de automóviles alemanes BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen están en negociaciones con el gobierno de Estados Unidos para alcanzar un acuerdo sobre aranceles a la importación. Según fuentes cercanas a las conversaciones, estas empresas buscan aprovechar sus inversiones y exportaciones en EE. UU. para mitigar el impacto de los aranceles.
Expectativas de un acuerdo en junio
Las conversaciones con el Departamento de Comercio estadounidense podrían culminar en un acuerdo en junio, pero esto dependerá de que los fabricantes se comprometan a realizar inversiones significativas que influyan en la administración estadounidense.
Propuestas de créditos por exportaciones
Entre las propuestas en discusión, se contempla que los automóviles exportados desde EE. UU. generen créditos que se puedan deducir de los aranceles. Esta estrategia busca equilibrar la balanza frente a los aranceles del 25% impuestos por el presidente Donald Trump, que afectan directamente a las exportaciones de Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz, que ven a Estados Unidos como su mayor mercado.
Reacción del mercado y planes de producción
Las empresas automotrices se han visto beneficiadas en bolsa tras la noticia, con un incremento en las acciones de BMW del 3.1%, Volkswagen del 2.2% y Mercedes-Benz del 1.8%. A pesar de enfrentar una desaceleración en la industria alemana y la competencia internacional, los fabricantes están buscando formas de mitigar las consecuencias de la política tarifaria de Trump.
Optimismo en el sector
Recientemente, ejecutivos de BMW, el mayor exportador de automóviles desde EE. UU., y Audi, una subsidiaria de Volkswagen, han manifestado cierto optimismo respecto a la posibilidad de avances en este tema en los próximos meses. BMW ha expresado su expectativa de que los aranceles disminuyan a partir de julio.
Adaptaciones estratégicas de Mercedes-Benz
Ante la amenaza de tarifas, Mercedes-Benz planea aumentar la producción de su SUV GLC para el mercado norteamericano en su planta de Tuscaloosa, Alabama, con el fin de adaptarse a las exigencias del mercado.
Las negociaciones continúan, y la situación plantea un dilema estratégico para los fabricantes alemanes que buscan navegar en un entorno económico complicado mientras lidian con las políticas comerciales de EE. UU.



