El primer encuentro entre el Primer Ministro japonés, Shigeru Ishiba, y Donald Trump tuvo lugar en febrero, donde Ishiba se comprometió a invertir $1 billón en Estados Unidos para calmar las frustraciones de Trump sobre el comercio con Tokio. Este compromiso fue bien recibido, y Trump expresó su optimismo sobre un posible acuerdo comercial, mencionando la « fantástica relación » entre ambos países.

Desafíos en las negociaciones comerciales

A pesar de las promesas iniciales, los negociadores japoneses optaron por mantener barreras en productos sensibles, como el arroz, anticipando las elecciones del 20 de julio. Esta estrategia les dejó pocas alternativas para evitar las tarifas que se avecinan, las cuales amenazan con afectar gravemente la economía japonesa, la cuarta más grande del mundo.

La situación se intensificó cuando Trump, en publicaciones en redes sociales, calificó a Japón de « consentido » por su falta de compras de arroz estadounidense. El lunes, notificó a Ishiba que a partir del 1 de agosto, se impondrían aranceles del 25% a las importaciones japonesas.

El impacto de la política estadounidense

Según Kazuhiro Maeshima, experto en política exterior de la Universidad Sophia de Tokio, esto refleja la frustración de Trump. « Las empresas japonesas deben encontrar maneras de operar sin depender de Estados Unidos », añadió. Por su parte, un portavoz de la oficina del gabinete japonés no quiso comentar sobre las negociaciones.

Ishiba afirmó durante una reunión del gabinete que Japón sigue buscando un acuerdo que beneficie a ambas naciones, mientras protege sus intereses nacionales.

Compromisos y expectativas

Japón, como el mayor inversor extranjero en Estados Unidos, fue uno de los primeros países en participar en negociaciones tarifarias tras el anuncio de aranceles por parte de Trump en abril. Los negociadores japoneses, liderados por el Ministro de Economía, Ryosei Akazawa, realizaron varias visitas a Washington, prometiendo inversiones en sectores clave como energía y acero.

• Buscan eliminar aranceles en el sector automotriz.
• Quieren evitar demandas estadounidenses para que Japón reduzca sus propios aranceles agrícolas.

Presión política interna en Japón

Las encuestas indican que la coalición de Ishiba podría perder su mayoría en las elecciones del Senado, lo que podría poner en riesgo su gobierno. A pesar de los esfuerzos, Akazawa expresó su frustración, comentando que « parece que seguimos en una niebla densa ».

Cuando Ishiba y Trump se reunieron en Canadá, la conversación sobre comercio fue escasa, lo que llevó a Ishiba a concluir que había « discrepancias en nuestra comprensión ». Posteriormente, Trump se quejó en redes sociales sobre la falta de importaciones de arroz japonés a pesar de la escasez en Japón.

Posibles cambios en la estrategia

Algunos funcionarios japoneses consideran necesario reducir las barreras en las importaciones agrícolas para complacer a Trump, mientras que otros, incluyendo a Akazawa, sostienen que debe haber una reducción en los aranceles del sector automotriz para alcanzar un acuerdo más amplio.

Sin embargo, Ishiba se enfrenta a un electorado cada vez más frustrado con la falta de avances. Hidetoshi Inada, un ciudadano de Tokio, expresó su descontento: « Me pregunto para qué sirvieron todas las negociaciones anteriores dado el resultado actual ».

Reflexión final

La situación actual entre Japón y Estados Unidos ilustra la complejidad de las relaciones comerciales y los desafíos que enfrenta Ishiba en su intento por sostener su gobierno mientras navega por las demandas de Trump y las expectativas de su propio país.