En medio de los esfuerzos de la Unión Europea por reducir su dependencia del gas y petróleo rusos, el gobierno populista de Hungría se mantiene firme en su postura. Su líder, el Primer Ministro Viktor Orban, ha defendido con vehemencia la importancia de las importaciones energéticas provenientes de Rusia, arguyendo que un cambio a fuentes alternativas podría llevar a un colapso económico inmediato.
La defensa de Orban ante la crisis energética
Orban, conocido por su cercanía con el Kremlin, ha criticado las sanciones impuestas por la UE tras la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022. En contraste con otros países europeos que han reducido sus importaciones de energía rusa, Hungría ha incrementado las suyas, alegando que no existen alternativas viables.
Argumentos de dependencia energética
Los dirigentes húngaros sostienen que la ubicación geográfica del país, situado en el centro de Europa y sin acceso directo al mar, hace que dependa del petróleo y gas rusos transportados por oleoductos que se construyeron durante la dominación soviética. Según Orban, « si Hungría se queda sin petróleo y gas natural rusos, su rendimiento económico caería un 4% de inmediato », lo que califica como « catastrófico ».
Críticas a la postura del gobierno
Sin embargo, expertos en energía y críticos de Orban sugieren que su enfoque se basa más en intereses políticos que en necesidades reales. Laszlo Miklos, ingeniero químico y analista del sector energético, afirmó que « no hay una explicación racional » para la falta de búsqueda de fuentes alternativas de energía. Además, aseguró que la infraestructura necesaria para importar petróleo y gas no rusos ya está disponible.
Movimientos de la UE ante la invasión
Tras la invasión de Ucrania, los países de la UE actuaron rápidamente para reducir sus importaciones de energía rusa, implementando un embargo sobre el petróleo ruso en 2022 y planeando eliminar todas las importaciones de gas y petróleo rusos para finales de 2027. Sin embargo, se otorgaron excepciones temporales a Hungría, Eslovaquia y la República Checa, lo que permitió a Hungría continuar beneficiándose de estas importaciones.
La transición hacia fuentes energéticas alternativas
La respuesta del gobierno húngaro a las iniciativas de la UE ha sido de resistencia. El Ministro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, ha destacado que la geografía de Hungría limita su capacidad para diversificar sus fuentes energéticas. No obstante, otros países de la región, como la República Checa, han logrado reducir su dependencia del petróleo ruso.
Potencial de la infraestructura existente
Hungría dispone de dos oleoductos principales: el Druzhba, que trae crudo de Rusia, y el Adria, que conecta con el mar Adriático. Aunque MOL, la empresa nacional de petróleo y gas, ha indicado que el Adria no puede satisfacer todas las necesidades de Hungría, otras fuentes afirman que sí podría abastecer a Hungría y Eslovaquia.
El costo de buscar alternativas energéticas
El gobierno húngaro ha presentado los esfuerzos de la UE como una amenaza a un programa de reducción de tarifas energéticas respaldado por el gobierno. Orban ha afirmado que los precios de electricidad y gas se dispararían si se eliminan las importaciones rusas. Sin embargo, especialistas en energía indican que el costo de romper con el gas ruso no sería significativamente más alto que el actual.
Perspectivas futuras
A pesar de la resistencia del gobierno de Hungría, la empresa MOL ha comenzado a diversificar sus fuentes de suministro y planea mejorar su capacidad para procesar crudo no ruso. Miklos concluye que, aunque el gobierno húngaro persista en su postura, las regulaciones de la UE eventualmente obligarán a un cambio. « Las cosas nunca volverán a ser las mismas, ya que la Unión Europea ha aprendido que Rusia no es un socio confiable », enfatizó.



