Las tarifas impuestas por Estados Unidos están generando un efecto en las dinámicas comerciales globales que podría influir en la inflación en Europa. La reciente negociación entre la Unión Europea y Washington ha evitado un choque tarifario en la zona euro, mientras que un importante estímulo fiscal en Alemania podría impulsar la economía en 2026. A pesar de esto, el Banco Central Europeo (BCE) enfrenta presiones adicionales que podrían llevarlo a reconsiderar su postura sobre las tasas de interés.
El desvío de exportaciones chinas
En un análisis reciente, economistas del BCE señalaron que un desvío significativo de las exportaciones chinas hacia Europa podría reducir aún más la inflación en la zona euro. Modelos económicos sugieren que, frente a tarifas más altas sobre productos chinos en Estados Unidos, las importaciones desde China a Europa podrían aumentar entre un 7% y un 10%. Este escenario es plausible dado que el 75% de los productos importados por los principales países de la zona euro ya cuentan con al menos un proveedor chino.
El impacto del yuan
El debilitamiento del yuan, que ha caído casi un 10% frente al euro en los últimos seis meses, hace que los productos chinos sean aún más atractivos para los importadores europeos. Esto podría ejercer una presión adicional sobre la inflación, que ya se encuentra cerca del objetivo establecido por el BCE.
Consecuencias para la inflación en la zona euro
Los economistas estiman que este flujo adicional de productos podría reducir la inflación en la zona euro hasta en 0.15 puntos porcentuales el próximo año, con efectos menores que podrían persistir hasta 2027. Actualmente, el BCE prevé que la inflación se mantenga por debajo de su objetivo, alcanzando solo un 1.8% en 2024.
Un ciclo de estímulo fiscal
Con el aumento del gasto público en la zona euro en 2024, la demanda por importaciones baratas podría incrementarse, complicando la decisión del BCE sobre si debe o no ajustar las tasas de interés nuevamente. En este contexto, el BCE podría sentirse obligado a actuar para evitar un incumplimiento prolongado de su objetivo inflacionario.
Reflexiones finales
Ante la incertidumbre generada por la guerra comercial, es prematuro concluir que el BCE ha llegado al final de su ciclo de relajación monetaria. Las dinámicas del comercio global, en especial el desvío de exportaciones chinas, podrían cambiar significativamente el panorama económico, llevando a una reevaluación de las políticas monetarias en la zona euro.



