Recientes imágenes satelitales del centro de investigación nuclear Shimon Peres Negev, ubicado cerca de Dimona en Israel, han puesto de manifiesto un importante proyecto de construcción. Este lugar ha estado vinculado de manera histórica al programa nuclear secreto israelí. Aunque los detalles específicos siguen siendo inciertos, expertos coinciden en que la magnitud y ubicación de las obras sugieren un desarrollo significativo. Esto podría implicar la construcción de un nuevo reactor de agua pesada o una instalación destinada a la fabricación de armamento nuclear. Este avance reaviva la preocupación sobre el estatus de Israel como el único estado en Oriente Medio con capacidad nuclear, una cuestión que nunca ha sido confirmada ni negada oficialmente por el país.
Opiniones de especialistas sobre las imágenes satelitales
Un análisis reciente, reportado por AP News, involucró a siete especialistas en cuestiones nucleares que revisaron las imágenes más recientes. Aunque todos concordaron en que las construcciones están relacionadas con el programa nuclear de Israel, sus opiniones divergen respecto a su propósito final. Tres expertos creen que la estructura de varios niveles sugiere un nuevo reactor de agua pesada capaz de producir plutonio y otros materiales para ojivas nucleares. Por su parte, cuatro especialistas opinan que podría tratarse de una instalación para ensamblar armas nucleares, aunque reconocen que la construcción aún está en sus primeras fases. Jeffrey Lewis, del Centro James Martin para Estudios de No Proliferación, comentó:
« Lo más probable es que se trate de un reactor; este juicio es circunstancial, pero esa es la naturaleza de estas cuestiones. »
Ni Israel ni la Casa Blanca han ofrecido comentarios sobre estas conclusiones.
Historia de la construcción y características del diseño
Los primeros reportes sobre excavaciones en Dimona datan de 2021, cuando se observó un gran hueco cerca del reactor original. Las imágenes más recientes, tomadas en julio de 2025 por Planet Labs PBC, revelan gruesos muros de hormigón, múltiples niveles subterráneos y actividad de grúas. A pesar de que aún no se aprecia un domo de contención, habitual en los reactores de agua pesada, los expertos sugieren que podría ser añadido en el futuro. Algunos piensan que Israel podría optar por un reactor sin domo. El reactor actual de Dimona ha estado en funcionamiento desde la década de 1960, superando la vida útil normal de esos aparatos, lo que incrementa la posibilidad de que se esté construyendo un reemplazo. Edwin Lyman, de la Unión de Científicos Preocupados, destacó que la falta de transparencia obliga a los analistas a especular.
Ambigüedad nuclear y preocupaciones globales
El programa nuclear de Israel se basa en el secreto y lo que se describe como « ambigüedad nuclear ». Aunque el país no confirma ni niega la posesión de armas atómicas, filtraciones de los años 80 sugieren que Israel ya posee decenas de ojivas nucleares. Daryl G. Kimball, de la Asociación de Control de Armas, explicó:
« Si están construyendo un reactor de agua pesada, buscan mantener la capacidad de producir combustible usado que luego pueden procesar para separar plutonio para más armas nucleares. »
Israel estableció la instalación de Dimona a finales de los años 50 y la ha mantenido fuera de la supervisión internacional. Este país es uno de los pocos estados con capacidad nuclear que nunca ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear, impidiendo así que la Agencia Internacional de Energía Atómica realice inspecciones.
Implicaciones geopolíticas y futuros desafíos
La construcción en curso en Dimona plantea interrogantes sobre el equilibrio de poder en Oriente Medio. Las recientes acciones israelíes contra instalaciones nucleares en Irán, incluido el reactor de agua pesada de Arak, incrementan la tensión regional. Esta situación resalta la estrategia ambigua de Israel en lo que respecta a su capacidad de disuasión nuclear. La comunidad internacional está en alerta por las posibles repercusiones sobre la seguridad regional, especialmente en un contexto de limitada transparencia. Los países de la región y más allá observan de cerca los desarrollos, buscando entender las intenciones detrás de esta construcción. La falta de comunicación oficial por parte de Israel complica aún más la situación diplomática, y los próximos pasos en este proyecto serán cruciales para el paisaje geopolítico.
La reciente revelación de actividades de construcción en Dimona plantea serias dudas sobre la estabilidad regional y el futuro del programa nuclear israelí. Estos avances podrían alterar las dinámicas de poder en la región y más allá. A medida que las especulaciones continúan, queda la interrogante: ¿cómo responderá la comunidad internacional a estos desarrollos y cuáles serán las consecuencias para la seguridad mundial y regional?
