En Ginebra, el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, junto con el representante comercial Jamieson Greer, comenzó conversaciones con altos funcionarios chinos, liderados por el viceprimer ministro He Lifeng. El objetivo de estas reuniones es reducir las tensiones en un conflicto comercial que podría afectar gravemente a las dos economías más grandes del mundo y, por ende, a la economía global.
Inicio de las negociaciones
Los diplomáticos de ambos países confirmaron que las charlas han comenzado, aunque mantuvieron el anonimato. Se observó una caravana de vehículos oscurecidos trasladándose hacia la residencia del embajador suizo ante la ONU, donde las partes se reunieron durante aproximadamente dos horas antes de asistir a un almuerzo previamente programado. Este encuentro se lleva a cabo en la lujosa Villa Saladin, un inmueble del siglo XVIII con vistas al Lago de Ginebra, legado al estado suizo en 1973.
Expectativas y contexto actual
A pesar del inicio de las negociaciones, las perspectivas de un avance significativo parecen limitadas. Sin embargo, existe la esperanza de que ambas naciones consideren la posibilidad de reducir los altos aranceles impuestos a los productos del otro, lo cual aliviaría a los mercados financieros y a las empresas que dependen del comercio entre EE. UU. y China.
Aranceles en aumento
El presidente Donald Trump elevó recientemente los aranceles a China a un 145% en total, mientras que China respondió con un 125% sobre las importaciones estadounidenses. Estos aranceles, de esa magnitud, equivalen a un boicot mutuo de productos, afectando un comercio que superó los 660 mil millones de dólares el año pasado.
Comentarios de los expertos
Sun Yun, directora del programa de China en el Stimson Center, comentó que es la primera vez que Bessent y He dialogan. Señaló que es poco probable que se logren resultados concretos en Ginebra, pero una reducción, por mínima que sea, podría ofrecer un mensaje positivo. “No puede ser solo palabrería”, afirmó.
Retos persistentes en la relación comercial
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha utilizado los aranceles como una herramienta económica, aplicando un 10% sobre productos de casi todos los países. No obstante, su enfrentamiento con China ha sido el más intenso. Los aranceles específicos a China incluyen un 20% destinado a presionar a Pekín para detener el tráfico de fentanilo hacia EE. UU.
Las disputas sobre las políticas tecnológicas de China también emergen nuevamente. EE. UU. ha acusado a China de emplear tácticas desleales, como obligar a empresas extranjeras a revelar secretos comerciales para acceder a su mercado. Estas cuestiones quedaron sin resolver tras un acuerdo preliminar alcanzado en enero de 2020, que no cumplió con las expectativas debido a la pandemia de COVID-19.
Relaciones con Suiza y el impacto económico
En el transcurso de su visita a Suiza, Bessent y Greer se reunieron también con la presidenta suiza Karin Keller-Sutter. Trump había contemplado un aumento de aranceles del 31% sobre productos suizos, pero los redujo a un 10% por ahora. El gobierno suizo ha mostrado preocupación por el impacto en industrias clave, como la relojería y el chocolate.
“Un aumento en las tensiones comerciales no es favorable para Suiza”, advirtió el gobierno, reconociendo que podría repercutir negativamente en su economía. Actualmente, las exportaciones suizas a EE. UU. enfrentan un arancel adicional del 10%, con un 21% que entrará en vigor pronto.
Conclusión
A medida que las negociaciones avanzan, los ojos del mundo están puestos en el resultado de estas conversaciones. La esperada reducción de aranceles podría ofrecer un respiro necesario para las economías de ambos países y para el comercio global. Los próximos días serán cruciales para determinar si se puede alcanzar un acuerdo que beneficie a ambas partes.



