El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha propuesto que la Reserva Federal establezca su tasa de interés de referencia en un 1% para reducir los costos de endeudamiento del gobierno. Esta medida, según Trump, facilitaría el financiamiento de los altos y crecientes déficits que se anticipan debido a su plan de gasto y recortes fiscales. Sin embargo, esta solicitud puede tener consecuencias no deseadas.
Consecuencias de una tasa baja
Una tasa de la Reserva Federal tan baja no suele asociarse con un período de inversión floreciente, como ha afirmado Trump. Por el contrario, suele ser una respuesta a situaciones económicas críticas. En la actualidad, la economía estadounidense se encuentra en un estado relativamente saludable, con empleo casi pleno y un crecimiento continuo. La inflación, sin embargo, supera el objetivo del 2% establecido por el banco central. Si los inversores del mercado de bonos ven una reducción de tasas como una capitulación ante la presión política, podrían reaccionar negativamente.
Gregory Daco, economista jefe de EY-Parthenon, advierte que una disminución drástica en las tasas podría reavivar la inflación y minar la independencia de la Reserva Federal. A pesar de que Daco reconoce que hay margen para reducir las tasas desde el rango actual del 4.25%-4.50%, no cree que se justifique una bajada tan drástica como la que propone Trump. Con un desempleo del 4.1%, un crecimiento económico cercano al 2% y una inflación del 2.5%, los datos no respaldan una reducción inmediata y significativa.
Historial de tasas del 1%
Una tasa de política monetaria del 1% no es inusual en los últimos 25 años, pero no se asocia con buenos tiempos económicos. Durante la presidencia de George W. Bush, la tasa alcanzó ese nivel tras la invasión a Irak en 2003, luego de una serie de recortes tras la burbuja tecnológica y los atentados del 11 de septiembre. Barack Obama heredó una tasa cercana a cero al asumir en 2009, en medio de una crisis financiera global. Trump también se benefició de tasas cercanas a cero durante los últimos meses de su primer mandato debido a la pandemia de COVID-19.
Herramientas limitadas de la Reserva Federal
A pesar de su influencia, la Reserva Federal tiene herramientas limitadas para manejar la economía en tiempos normales. Se reúne típicamente ocho veces al año para establecer la tasa de fondos federales, que solo afecta a los préstamos interbancarios, pero sirve como referencia para otros tipos de crédito, desde deudas corporativas hasta hipotecas. La tasa de los bonos del Tesoro también se determina por factores de mercado, y no directamente por el banco central.
Interacción entre oferta, demanda y riesgo
La dinámica global de los mercados determina estas tasas. Por ejemplo, la demanda de bonos del Tesoro estadounidense por parte de fondos de pensiones extranjeros influye en lo que los ciudadanos estadounidenses pagan por sus hipotecas. La relación entre oferta y demanda es crucial. La deuda gubernamental de EE.UU. se determina por los niveles de gasto y recaudación fiscal, y el gobierno a menudo gasta más de lo que recibe, cubriendo los déficits mediante la emisión de valores que van de 30 días a 30 años. Aumentar los déficits y la deuda tiende a elevar las tasas de interés.
Por otro lado, EE.UU. sigue siendo visto como una inversión relativamente segura, lo que ayuda a mantener bajos los costos de endeudamiento. Las tasas actuales, superiores al 4%, son atractivas para grandes fondos de pensiones o jubilados que buscan ingresos seguros. Sin embargo, el gobierno debe pagar una prima por el riesgo que asumen los inversores. La incertidumbre en torno a la economía y el potencial de cambios en tasas, inflación y crecimiento económico generan un « prima de riesgo » en las tasas de interés.
¿Está la política de la Reserva Federal desalineada?
Recientemente, Trump envió una nota manuscrita a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, sugiriendo que la tasa debería estar mucho más baja. Sin embargo, los responsables de la política monetaria advierten que bajar las tasas podría ser arriesgado, especialmente con la implementación de aranceles que podrían alimentar la inflación.
Los banqueros centrales a menudo utilizan fórmulas que relacionan su objetivo de inflación con los datos económicos actuales y previstos para determinar la tasa de interés apropiada. Ninguna de estas fórmulas sugiere que la Reserva Federal debería establecer una tasa tan baja como la que propone Trump.
En conclusión, la propuesta de Trump de reducir las tasas al 1% podría tener implicaciones perjudiciales para la economía estadounidense. La Reserva Federal debe considerar cuidadosamente su independencia y el impacto en la inflación antes de tomar decisiones que podrían afectar la estabilidad económica a largo plazo.



