El mundo ha sido cautivado por prodigios de la ciencia y la lógica a lo largo de la historia. Sin embargo, pocos momentos nos permiten explorar las mentes excepcionales que desafían los límites de la inteligencia humana. Hoy ponemos el foco en dos figuras sobresalientes de la actualidad: Terence Tao y Kim Young-hoon, quienes juntos suman más de 500 puntos de CI. Estos brillantes intelectos no solo han superado las marcas de leyendas como Albert Einstein e Isaac Newton, sino que también continúan aportando significativamente a sus respectivos campos, influyendo en la ciencia y la tecnología contemporáneas.

Terence Tao: el Mozart de las matemáticas

Terence Tao, nacido en 1975 en Australia de padres de Hong Kong, está considerado uno de los matemáticos más destacados de nuestra era. Su trayectoria académica es impresionante: comenzó con un máster en la Universidad Flinders de Australia y continuó con un doctorado en la Universidad de Princeton, gracias a una beca Fulbright. Ha publicado más de 300 artículos en revistas científicas de renombre, lo que demuestra su amplia contribución a la investigación matemática.

Desde los 21 años, Tao se desempeña como profesor en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y ha recibido múltiples reconocimientos de instituciones prestigiosas. En 2021, fue designado como miembro del Consejo Asesor del presidente Joe Biden en ciencia y tecnología, un testimonio de su autoridad en el campo. A pesar de su fama limitada entre el público general, su coeficiente intelectual de 230 ha sido considerado uno de los más altos del mundo.

Sus investigaciones abarcan áreas tan diversas como la teoría de números, la teoría de representaciones, la combinatoria, el análisis armónico y las ecuaciones diferenciales parciales. Esta diversidad le ha valido galardones destacados, incluida la medalla Fields en 2006. Su impacto se extiende más allá de los círculos académicos, motivando a las futuras generaciones de científicos.

Kim Young-hoon: un nuevo referente

Kim Young-hoon, originario de Corea del Sur, ha captado la atención mundial al ser reconocido por poseer el CI más alto de la historia. En 2024, durante los Campeonatos Mundiales de Memoria, alcanzó un asombroso puntaje de 276, superando a Terence Tao. Graduado de la Universidad Yonsei en Seúl, es el único de su país que ha sido admitido en organizaciones selectivas como la Mega Society y la Giga Society, que agrupan a individuos con CI excepcional.

Además de sus logros personales, Kim es el fundador de la United Sigma Intelligence Association, una organización sin fines de lucro que conecta a más de un centenar de personas inteligentes de todo el mundo, incluidos miembros de universidades como Harvard, Princeton y Yale. Su influencia trasciende fronteras, uniendo a mentes brillantes para trabajar en proyectos ambiciosos.

La evolución del CI

El coeficiente intelectual se ha utilizado durante más de un siglo como una medida estandarizada de la inteligencia humana. Según la clasificación de Wechsler, los puntajes de CI se dividen en varias categorías: 69 o menos para inteligencia extremadamente baja, 70 a 79 para inteligencia limitada, y así sucesivamente hasta 130 o más para inteligencia muy superior.

Esta categorización ha permitido establecer normas y situar a los individuos en un contexto relativo. Sin embargo, los puntajes de Terence Tao y Kim Young-hoon, de 230 y 276, respectivamente, desafían las convenciones de esta escala. Estos números no son solo cifras; representan capacidades mentales que abren nuevas perspectivas en la comprensión humana y la resolución de problemas complejos.

El CI es objeto de debate entre científicos, pero no cabe duda de que estos impresionantes puntajes son indicadores poderosos del potencial intelectual, causando curiosidad y admiración entre sus contemporáneos.

El impacto de los genios contemporáneos

Terence Tao y Kim Young-hoon no solo son poseedores de récords de CI, sino que también son contribuyentes activos en sus comunidades científicas. Su trabajo afecta un amplio espectro de disciplinas, desde matemáticas puras hasta aplicaciones tecnológicas actuales, inspirando a una nueva generación de investigadores a rebasar los límites del conocimiento.

Sus logros nos recuerdan que la inteligencia humana es un vasto terreno por explorar, con mucho aún por descubrir. Al superar a figuras históricas legendarias, están reescribiendo las normas y redefiniendo lo que es posible en el ámbito de la inteligencia humana. Nos invitan a contemplar hacia dónde se dirigen la ciencia y la tecnología gracias a tales mentes innovadoras.

Es esencial reflexionar sobre cómo el legado de estos prodigios influirá en el futuro de nuestra comprensión del potencial humano. ¿Qué nuevos horizontes abrirán estos genios para las próximas generaciones?