Los habitantes de los países nórdicos son considerados los más felices del mundo. En 2024, Finlandia se posicionó nuevamente en el primer lugar del World Happiness Report de la ONU, manteniendo su liderazgo por séptimo año consecutivo. Otros países como Dinamarca, Islandia, Suecia y Noruega también continuaron figurando entre los diez primeros. No obstante, surge una pregunta crucial: ¿qué significa realmente el concepto de « bienestar »? A menudo se confunden la felicidad y el bienestar, aunque son conceptos distintos. La felicidad es efímera; se experimenta como un momento de alegría, a menudo asociado a logros concretos. En cambio, el bienestar es más profundo y perdurable, derivando de vivir en armonía con nuestras creencias y aspiraciones. Mientras que la felicidad proviene de nuestras acciones, el bienestar se basa en el propósito detrás de esas acciones.
Una investigación reciente publicada en la revista Nature pone de relieve esta diferencia. Aunque la mayoría de las personas que se sienten más realizadas no residen en los países más desarrollados, Indonesia se ubicó como la nación con mayores niveles de bienestar de los 22 países analizados. Le siguen Israel, Filipinas y México. Curiosamente, Japón, conocido por su alta expectativa de vida, se encuentra al final de la tabla, mientras que Suecia ocupa una posición intermedia.
Aspectos evaluados en la investigación
La investigación, que involucró a más de 200,000 personas de 22 países a lo largo de cinco años, se centró en evaluar el bienestar a través de preguntas sobre seis dimensiones clave: satisfacción vital, salud mental y física, sentido de la vida, virtudes y acciones altruistas, calidad de las relaciones familiares y sociales, y estabilidad financiera y material. Los investigadores describen el bienestar como una experiencia «multidimensional», afectada por diversos factores de la vida. Señalan que es improbable que cualquier evaluación capture la totalidad del bienestar individual.
El mito del dinero: ¿es suficiente para el bienestar?
Los hallazgos de la encuesta revelan «sorpresas significativas», según Tyler VanderWeele, epidemiólogo de Harvard y uno de los fundadores del Human Flourishing Program. Los países más ricos obtienen mejores resultados en aspectos como la seguridad financiera y la satisfacción vital, pero tienden a tener un desempeño inferior en áreas relacionadas con el sentido de la vida y las relaciones sociales. VanderWeele observa incluso un «efecto negativo entre el PIB y el sentido de la existencia».
A pesar de las diferencias culturales que pueden influir en las respuestas, los autores del estudio consideran que este patrón es «notable» y plantea «importantes interrogantes» sobre cómo se diseñan las políticas de desarrollo y económicas.
La percepción de bienestar entre los jóvenes
Otro hallazgo relevante es que los jóvenes reportan «niveles de bienestar más bajos», especialmente en países como Australia, Argentina, Brasil, México, Alemania, Suecia, Estados Unidos y Reino Unido. Anteriormente, se observaba que tanto los jóvenes como los ancianos tenían un bienestar superior, en comparación a las personas de edad media que enfrentan múltiples responsabilidades. Sin embargo, esta tendencia está cambiando, lo cual preocupa a VanderWeele.
Entre las causas se mencionan el impacto de las redes sociales, la escasez de oportunidades económicas y la pandemia de COVID-19, que afectó a los jóvenes en un momento clave para establecer conexiones. VanderWeele advierte que es esencial «invertir más profundamente en el bienestar de los jóvenes» si se quiere fomentar un verdadero bienestar social que abrace todas las generaciones.
Para profundizar en sus hallazgos, los investigadores planean colaborar con científicos locales en cada uno de los países estudiados. Según VanderWeele, esto podría transformar la manera en que las sociedades abordan los conflictos, promoviendo una mayor cooperación y un compromiso colectivo hacia el bienestar.



